En plena tormenta política por el caso de coimas en la ANDIS, la visita presidencial a Junín se vio empañada por la tensión en las calles: militantes libertarios y manifestantes opositores se cruzaron frente al Teatro San Carlos, mientras José Luis Espert reaccionaba con insultos y gestos desafiantes ante los abucheos.
La llegada de Javier Milei a la ciudad bonaerense no estuvo exenta de conflictividad. Afuera del teatro, libertarios y organizaciones sociales se enfrentaron a metros de distancia, separados solo por una valla y un cordón policial. En ese escenario, Espert perdió la calma: se acercó a los manifestantes, gritó “¡Viva la Libertad, carajo!” y lanzó gestos provocativos que hicieron estallar el cruce verbal, obligando a reforzar la seguridad.
El clima ya estaba cargado: vecinos colgaron pasacalles reclamando la reanudación del paso bajo nivel paralizado desde diciembre, mientras estudiantes y docentes denunciaron el desfinanciamiento universitario que golpea a la UNNOBA. Así, el acto que debía ser una demostración de fuerza libertaria terminó marcado por abucheos, reclamos y un nuevo foco de tensión política.