En los hogares argentinos, las estufas y los aires acondicionados en modo calor se convierten en aliados esenciales durante los meses más fríos. Sin embargo, en un contexto de tarifas dolarizadas y sin subsidios, usarlos como siempre puede significar facturas impagables.

El panorama obliga a prestar atención a la eficiencia energética. Según expertos del área de Ingeniería en Energía de la UNSAM, entes reguladores como Enargas y ENRE, y distribuidoras de gas y electricidad, hay al menos seis medidas prácticas que pueden marcar una gran diferencia en el consumo sin resignar confort.

1. Ajustar los termostatos: cada grado cuenta

Bajar el termostato de 22° a 18° puede reducir el consumo más de un 25%, según cálculos del INTI y la UNSAM. “Lo ideal es usar estufas y aires con termostato en 18°. A lo sumo, en 19° o 20°, pero no más”, explica Salvador Gil, director de Ingeniería en Energía de la UNSAM.

2. Cerrar los "chifletes"

Corrientes de aire por rendijas, puertas o ventanas mal selladas hacen que el calor se escape. Revisar los cerramientos y colocar burletes nuevos puede evitar este desperdicio constante.

3. Simular doble vidrio

Un truco casero: pegar plástico con burbujas en las ventanas. Este método económico reduce hasta la mitad de las fugas de calor, sin perder demasiada luz natural.

4. Usar bien las cortinas

Abrirlas de día para que entre el sol y cerrarlas de noche para conservar el calor. Algo tan simple como esto reduce notablemente el consumo.

5. Limpiar los filtros

En los aires split, los filtros sucios hacen que el equipo trabaje más para calentar. Lavarlos al menos una vez al mes mejora la eficiencia y evita gastar de más.

6. Orientar el calor hacia abajo

El aire caliente sube y deja frío donde se necesita. Por eso, apuntar las aletas del aire hacia abajo o usar un ventilador en modo mínimo puede distribuir mejor la temperatura y evitar subir el termostato innecesariamente.

Bonus track: Cambiar los equipos antiguos

Si los calefactores o aires son muy viejos, conviene pensar en renovarlos por equipos con etiqueta A o superior (A+, A++ o A+++). Aunque implican una inversión inicial, a mediano plazo se recupera en ahorro de energía.